Al actuar en los comportamientos individuales y colectivos, el gabinete ETSCAF le ayuda a convertir la seguridad en un ACTIVO ESTRATÉGICO al servicio de la EXCELENCIA OPERATIVA

Cualquiera que sea el sector de actividad y el contexto de seguridad, el primer efecto de las intervenciones del gabinete ETSCAF es la mejora de los resultados de seguridad.

ETSCAF acompaña a sus clientes gracias a su Dinámica coherente y eficaz: principios para guiar, una organización para gestionar, herramientas para actuar.

Se basa en la puesta en marcha de elementos que van a:

  • Capitalizar sobre las maestrías y experiencias

  • Utilizar mejor lo adquirido

  • Mejorar la eficacia de las acciones

  • Favorecer un diálogo abierto y constructivo dentro de la empresa y con los colaboradores externos

  • Reforzar el espíritu de equipo

Todos los niveles jerárquicos de la empresa están implicados.

Las herramientas se implantan muy fácilmente, para contar con acciones y resultados inmediatos.

Como lo atestiguan nuestros clientes, nuestra Dinámica instaura con agrado una nueva cultura de seguridad en la que cada colaborador se responsabiliza, y se convierte en actor de su propia seguridad y de la de los demás, en cualquier lugar, siempre, cualquiera que sea su actividad.

Más allá de las cifras, la implicación individual desemboca en una transformación colectiva, que impacta el conjunto de las prácticas de la empresa hacia una mayor eficiencia.

La seguridad comportamental

Los sistemas de gestión de la prevención, las mejoras técnicas, las formaciones y la información, así como la gestión de los cambios son indispensables. Sin embargo, cada uno en la empresa toma cada día decisiones que tendrán un impacto directo en su propia seguridad.

Aunque la toma de conciencia, desde las PYMES a los grandes grupos, sobre la importancia del aspecto comportamental de la seguridad tiene ya bastantes años, sólo recientemente se ha concretado su compromiso en la búsqueda efectiva de soluciones adaptadas.

En una empresa en la que todos los actores obedecen a procedimientos regidos a su vez por un sistema de gestión, la tasa de accidentes puede mantenerse baja. Sin embargo, en algunas actividades, de mantenimiento por ejemplo, cuando las intervenciones se hacen en las instalaciones con riesgo de los clientes, sin ninguna presencia de los mandos ¿qué poder tiene el sistema sobre ellos?

El individuo conserva su libre arbitrio y, en este entorno exterior a la empresa, donde interviene solo, actuará siguiendo sus convicciones y sus valores. En este caso, el sistema es inoperante.